Todos los seres humanos deseamos ser felices, pero un deseo sin un plan es sólo un deseo. Muchas veces deseamos algo y hacemos todo lo contrario para lograrlo, queremos ser felices y habitamos en la infelicidad. Nos autosaboteamos.
Cuando uno habita en la infelicidad siempre está lleno de quejas, enojo y culpa hacia uno mismo y a los demás. Dirigimos mucha energía a hablar y decir que está mal el otro, la sociedad, el gobierno, el vecino, el amigo y la familia y nunca hacemos nada por mejorar la situación o la percepción de nuestra vida. Vivimos en la eterna queja, en la eterna insatisfacción.
En otras ocasiones habitamos en la infelicidad culpándonos de todo lo que dejamos de hacer. Nos culpamos por no lograr nuestra meta de bajar de peso, de hacer ejercicio o de tener un cuerpo de revista. Pero después de autoflagelarnos en el espejo vamos a la cocina a comer nieve, leche, galletas y nos tiramos frente a la televisión por horas o cuatro capítulos de la serie en Netflix. Y nos volvemos a autosabotear.
Entramos en un ciclo que parece no terminar, un ciclo enfermizo que nos mantiene en la infelicidad. Ya no solo la experimentamos por momentos sino que habitamos en ella. ¿Cómo salgo de esta zona de infelicidad? ¿Cómo genero hábitos saludables que me lleven a la felicidad?
Esta es la pregunta del millón de dólares ¿verdad? Las respuestas son diferentes para cada persona, así como lo es la razón de su autosabotaje o infelicidad. Pero vamos a ver algunas líneas generales:
1. Identifica la razón de tu infelicidad, siempre viene del interior, de una mala percepción de nuestra realidad y trata de modificarla ¡RECUERDA QUE MERECES SER FELIZ!
2. Sana tus emociones, en ocasiones no nos damos permiso de ser felices porque hemos sufrido en ocasiones anteriores, por ello es necesario darnos cuenta de las huellas de heridas sufridas anteriormente para poder sanarlas ¡RECUERDA SANAR TUS EMOCIONES!
3. Los deseos sensoriales son la causa de hábitos no saludables de la infelicidad, muchas veces nos enfocamos en la parte material que deseamos, ya sea comida, sexo, carros o casas esto solo satisface a los sentidos. La verdadera felicidad satisface al alma ¡RECUERDA SATISFACER LOS DESEOS DE ALMA NO LOS SENSORIALES!
4. Si crees en Dios pide que te ayude a fortalecer tu voluntad y lograr llegar a los hábitos saludables, que te lleven a la felicidad y con ello a experimentar su voluntad ¡RECUERDA QUE ERES HIJO DE DIOS!
Desde el punto de vista del Ayurveda una de las causas de la enfermedad surge cuando “no estamos establecidos en el Ser”, esto es cuando olvidamos que somos más que solo materia, que tenemos una chispa divina llamada alma. Cuando nos identificamos demasiado con el mundo material nuestra felicidad está en función de las cosas que poseemos o que nos dan placer sensorial, como el éxito y la riqueza. Pero esta felicidad es pasajera y banal y al terminar nos encontraremos de nuevo en la infelicidad.
La verdadera felicidad proviene de lo que no es finito.
¡HABITEMOS EN LA VERDADERA FELICIDAD!
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