Ahora que estamos en el mes de octubre y recordamos una parte innegable de la vida, que es la muerte y Alex Karuna hace una reflexión muy buena para compartir con nosotros al respecto:
Cada año que celebramos en nuestro país del ‘Día de Muertos’ podemos encontrar distintas expresiones ante la idea de morir. Desde gran resistencia y pesar por pensar siquiera que esta aventura humana pueda terminar, hasta una búsqueda acelerada por transitar hacia ese punto para que termine el pesar de esta existencia. Sin embargo, ambos extremos pierden de vista algo maravilloso sobre esa transición existencial llamada ‘muerte’: la muerte nos muestra las claves para vivir con mayor plenitud.
Cuando somos conscientes de la muerte y la aceptamos con tranquilidad, le damos sentido a cada instante ya que es irrepetible y, por lo tanto, sagrado. Cada comida en compañía de nuestros seres queridos, cada momento en nuestro trabajo y cada instante en compañía de nosotros mismos adquiere una realidad sagrada. Con la aceptación de la muerte podemos vivir más plenos y conscientes de la impermanencia de todo lo que existe.
La muerte nos enseña que lo único que se extingue es aquello que nos separa de los demás: el cuerpo.¿Quién dice que con la muerte hay desaparición? Lo único que se disuelve es la expresión material de aquello que es eterno (alma, conciencia, espíritu, etc.) Por ello, la muerte reemplaza el tiempo lineal por una experiencia de eternidad (ausencia de tiempo) y la dependencia a un cuerpo físico por la plenitud de lo que en verdad somos y que no puede morir.
La muerte nos presenta la mayor forma de igualdad entre todos los seres sintientes. No importa qué tan rico y talentoso seas, qué tan bueno o malo te consideres, la muerte va a ayudarte a reestablecer la igualdad con todos en ese instante trascendente. En consecuencia, la muerte no es un castigo, una pena o una tragedia. La muerte es la llamada a despertar a tu vida en este preciso instante; es el recordatorio de que esta vida en un gran juego en donde lo único que realmente decides es qué tanto lo sufres o lo disfrutas; es la expresión amorosa de la Vida que misteriosamente se desenvuelve a sí misma creando, manteniendo y disolviendo, para volver a construir en una eternidad.
El Día de Muertos es, en realidad, un día de vivos, en donde los seres queridos fallecidos renacen en la mente y altares de sus familiares y amigos. El Día de Muertos es la oportunidad para darnos cuenta que vida y muerte son, en realidad, dos caras de la misma moneda llamada Eternidad.
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