Las columnas anteriores escribí acerca de la pureza y de la autodisciplina, hoy lo haré sobre el amor como un medio para llegar a la felicidad. En esas últimas semanas del año acostumbramos a reunirnos con las personas que han sido importantes en nuestra vida, familia, amigas, amigos y seres queridos. Es una época que debería estar llena de rencuentros y amor, aunque en ocasiones el estrés de estar a tiempo o de tener todo perfecto nos hace olvidar lo que es realmente importante.
El amor es un secreto muy conocido y que compartió el personaje del zorro en el cuento de “El Principito” quien decía así: “te diré mi secreto, un secreto muy simple. Primero, sólo puedes ver claramente con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos. Segundo, es el tiempo que has invertido en tu rosa lo que la hace que sea tan importante. Por último, eres responsable para siempre de aquello que has amado»

El amor es el latido de toda vida, y como un latido surge en el interior para manifestarse como energía, vida y brillo en el exterior. Por ello, aunque sea invisible a los ojos lo percibe claramente el corazón. Cuando amamos a una persona este amor es invisible, pero encuentra formas de manifestarse. Por ello en esta temporada llevamos regalos, como una forma de manifestación de ese amor que sentimos. Así que al escoger y dar un regalo recuerda ese amor que deseas mostrar haciendo perceptible a los ojos lo que hay en tu corazón.
Segundo, el tiempo que dedicamos a las personas, eso es el primer regalo, el estar presentes con ellos, con nuestros hijos con nuestros seres queridos. En yoga y meditación estar presente es parte del vivir con atención plena y esto es una forma de conectar, no solo con nosotros, sino con los que están cerca. Al dejar a un lado las pantallas para escuchar y ver a los que están compartiendo la mesa con nosotros les damos el presente de la atención. Con la atención conocemos más y se vuelven especiales y únicos al mostrarles lo importantes que son para nosotros.
Tercero, se responsable de esa amistad y de ese amor que hay hacia tu hijo o hija, o a tus seres queridos, dedícales el tiempo, la presencia, la manifestación de los regalos y de tu amor. Y de ser necesario, cómo dice Paramahansa Yogananda “Hoy perdonaré a todos aquellos que me han ofendido y prodigaré mi amor a todos los corazones sedientos: tanto a los que me aman como a los que no me aman”.
Date la oportunidad de experimentar el amor en esta temporada, más allá de los formalismos, vive y disfruta el amor como el camino a la felicidad.
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