La pureza es una cualidad que buscamos en los alimentos que consumimos, en el aire que respiramos, en el espacio donde habitamos, inclusive en las relaciones interpersonales que tenemos. La pureza es una cualidad que deseamos habitar y lo ideal es que sea una cualidad que llevamos a donde vayamos.
La pureza es una de las prácticas que el yogi o yogini debe seguir en su vida diaria. Es parte del código de las cinco observancias o acciones que Patanjali propone llevar a cabo como parte del niyama. En sánscrito es conocida como “saucha” que se traduce como limpieza o pureza.

Saucha, la pureza o limpieza, es mantener aseado y limpio nuestro cuerpo. Para ello yoga y ayurveda tiene diferentes técnicas de limpieza.Comenzando por un masaje “Abhyanga” para desintoxicar la piel con aceite. Una limpieza de nariz y sus conductos, para respirar mejor, llamada “neti pot”. Una limpieza de tu estómago por medio del ayuno o de una monodieta détox. Estas prácticas ayudan a cualquier persona a limpiar su cuerpo y con ello promover una mejor funcionamiento de este.
La pureza va más allá del cuerpo y debería ir a nuestras acciones que son el reflejo de nuestra mente. Para ello es que tenemos en yoga las prácticas de concentración y meditación, para observar lo que se va acumulando en nuestro interior y desechar lo que ya no nos sirve. La meditación se vuelve un método de limpieza de nuestra mente y con ello genera paz en nuestro ser, la misma que buscamos transmitir por medio de nuestras palabras y acciones. La pureza no significa guardar lo que piensas, significa tener una mente libre de apegos y deseos de control, para poder expresar con compasión tu ser.
Al tener tu cuerpo y mente limpios promueves un entorno limpio, ya que tus palabras y acciones compasivas tendrán un efecto a tu alrededor. Como una consecuencia natural de tu orden mental y físico te alentará a tener una casa ordenada, una vida ordenada, un entorno ordenado. Y gracias a tu práctica personal de limpieza le ayudas a tu comunidad y al mundo a ser un lugar limpio y puro. Trascendiendo tu práctica de yoga, más allá del tapete y de una hora de clase, a tu vida y al mundo que te rodea.
Te invito a que practiques esta limpieza y pureza en tu vida diaria.